Mi deseo es compartir con todas las almas que visitan este blog, mi experiencia interior y reflexiones personales, mientras mi consciencia se despierta y recuerdo quien soy:
"Cada conversación en la que me involucro es un reflejo de mi incesante diálogo interior. Mis creencias, mis ideas filtradas por esos paradigmas, las emociones que generan esas ideas, y hasta las mismas palabras que brotan de mi boca, en conjunto con mis gestos, actitudes y acciones; revelan el constante diálogo de mi "mis mentes consciente e inconsciente", desafiándome a mí mismo, para validarme, felicitarme, castigarme, condenarme o cuestionarse, en ese viaje interior, que inevitablemente ocurre en el despertar de la consciencia individual y colectiva.
Entonces me pregunto: ¿Cómo he de aprender de cada una de mis experiencias si vivo inmerso en el juicio, el cual impide la vivencia plena del conocimiento y la sabiduría eterna, y cuya revelación paulatina que persigue el despertar de mi consciencia?
Simple: Cuanto más me conozco a mí mismo, más descubro quien no soy y me alejo del juicio, para así descubrir (recordar) quien en realidad soy y mi propósito de vida.
Por eso cada vez que observo y juzgo mi mundo exterior, descubro que pienso y siento de mí mismo. Juzgando al prójimo me apruebo y desapruebo -una y otra vez- bajo la letra de la ley que devela cada paradigma en el que creo. El juicio siempre produce sufrimiento, mientras que el conocimiento universal y su experiencia, me liberan de toda cadena -incluyendo del juicio del ego alterado- y me descubre como "Yo Soy" a cada instante del presente".
Carlos Guiñan.
"Cada conversación en la que me involucro es un reflejo de mi incesante diálogo interior. Mis creencias, mis ideas filtradas por esos paradigmas, las emociones que generan esas ideas, y hasta las mismas palabras que brotan de mi boca, en conjunto con mis gestos, actitudes y acciones; revelan el constante diálogo de mi "mis mentes consciente e inconsciente", desafiándome a mí mismo, para validarme, felicitarme, castigarme, condenarme o cuestionarse, en ese viaje interior, que inevitablemente ocurre en el despertar de la consciencia individual y colectiva.
Entonces me pregunto: ¿Cómo he de aprender de cada una de mis experiencias si vivo inmerso en el juicio, el cual impide la vivencia plena del conocimiento y la sabiduría eterna, y cuya revelación paulatina que persigue el despertar de mi consciencia?
Simple: Cuanto más me conozco a mí mismo, más descubro quien no soy y me alejo del juicio, para así descubrir (recordar) quien en realidad soy y mi propósito de vida.
Por eso cada vez que observo y juzgo mi mundo exterior, descubro que pienso y siento de mí mismo. Juzgando al prójimo me apruebo y desapruebo -una y otra vez- bajo la letra de la ley que devela cada paradigma en el que creo. El juicio siempre produce sufrimiento, mientras que el conocimiento universal y su experiencia, me liberan de toda cadena -incluyendo del juicio del ego alterado- y me descubre como "Yo Soy" a cada instante del presente".
Carlos Guiñan.