uvas pasaS
Poema: Las uvas pasas, aunque estén en cajas rojas, si pasan y pasan.
¿Qué me pasa, que no consigo,
escribir como deseo?,
o, ¿será que en realidad,
no deseo escribirlo?
Me pasa y me pasa,
y de intentar una vez más,
me pasa y me pasa,
no fluyen las palabras,
sino que pasan y pasan,
o… ¿pasas?
¡Ah! Eso es: ¡las uvas pasas!,
las pasitas me llaman,
para recordarme que,
ellas no pasan,
como mi alma y mente aun por miedo,
aterrorizadas no pasan,
a ese cuarto oscuro,
donde la cruel matanza,
entre memorias y viajes astrales,
reviven los llantos y lágrimas,
de un escabroso evento,
que, en mi mente y mi alma,
aun pasan y pasan.
Pero el evento es historia,
mas descubro en mis memorias,
que, esa escena, si pasa y pasa,
trayendo de nuevo,
tristeza a mi alma,
no es porque en esta densidad,
el delito aberrado,
una y otra vez,
pasa y pasa,
sino porque hay una pregunta inconclusa:
Carlos: ¿por qué no pasas?,
porque hay muchas uvas pasas,
escondidas en mi alma,
y hoy agradecido descubro,
que sin darme cuenta me engañaban,
con ilusiones difusas,
de mentiras levantadas.
Por eso escojo ante la memoria,
de estas heroínas almas,
en especial, de Raúl, Juan y Drako,
mis amados amigos del alma,
sacarme todas las uvas pasas,
y en su lugar sembrar,
semillas de uvas verdes y moradas,
para que muchos frutos den,
mientras creo y recorro mi vida:
el suspiro y anhelo de mi alma.
Las uvas pasas han sido la vergüenza,
que mi alma por tantos años llevaba,
y hoy se deshace sutilmente,
por el poder de mi propia palabra hablada,
y por este hermoso acto de luto,
sepultura y camino le doy a sus almas,
más aun, por el regalo,
de poder venir a visitarlos,
con el gigantesco deseo,
de muy fuerte abrazarlos,
mas acepto, se han marchado,
y de mi corazón humano,
hoy se han desvinculado,
con este poema emblemático,
que con símbolos en mi ha sembrado,
confianza para poder entrar,
al lugar hasta ahora encerrado,
y por las uvas pasas bloqueado,
ese baño;
Juan, Raúl y Drako: mírenme
antes de para siempre irse,
ya no me ando interrogando,
al contrario: observen como paso y paso,
libre y seguro de mí mismo,
pues la vergüenza, como las uvas pasas-,
de una vez y para siempre se ha esfumado.
Gracias, hoy me valoro; quien los ama en el destiempo,
su amigo: Carlos Eduardo.
¿Qué me pasa, que no consigo,
escribir como deseo?,
o, ¿será que en realidad,
no deseo escribirlo?
Me pasa y me pasa,
y de intentar una vez más,
me pasa y me pasa,
no fluyen las palabras,
sino que pasan y pasan,
o… ¿pasas?
¡Ah! Eso es: ¡las uvas pasas!,
las pasitas me llaman,
para recordarme que,
ellas no pasan,
como mi alma y mente aun por miedo,
aterrorizadas no pasan,
a ese cuarto oscuro,
donde la cruel matanza,
entre memorias y viajes astrales,
reviven los llantos y lágrimas,
de un escabroso evento,
que, en mi mente y mi alma,
aun pasan y pasan.
Pero el evento es historia,
mas descubro en mis memorias,
que, esa escena, si pasa y pasa,
trayendo de nuevo,
tristeza a mi alma,
no es porque en esta densidad,
el delito aberrado,
una y otra vez,
pasa y pasa,
sino porque hay una pregunta inconclusa:
Carlos: ¿por qué no pasas?,
porque hay muchas uvas pasas,
escondidas en mi alma,
y hoy agradecido descubro,
que sin darme cuenta me engañaban,
con ilusiones difusas,
de mentiras levantadas.
Por eso escojo ante la memoria,
de estas heroínas almas,
en especial, de Raúl, Juan y Drako,
mis amados amigos del alma,
sacarme todas las uvas pasas,
y en su lugar sembrar,
semillas de uvas verdes y moradas,
para que muchos frutos den,
mientras creo y recorro mi vida:
el suspiro y anhelo de mi alma.
Las uvas pasas han sido la vergüenza,
que mi alma por tantos años llevaba,
y hoy se deshace sutilmente,
por el poder de mi propia palabra hablada,
y por este hermoso acto de luto,
sepultura y camino le doy a sus almas,
más aun, por el regalo,
de poder venir a visitarlos,
con el gigantesco deseo,
de muy fuerte abrazarlos,
mas acepto, se han marchado,
y de mi corazón humano,
hoy se han desvinculado,
con este poema emblemático,
que con símbolos en mi ha sembrado,
confianza para poder entrar,
al lugar hasta ahora encerrado,
y por las uvas pasas bloqueado,
ese baño;
Juan, Raúl y Drako: mírenme
antes de para siempre irse,
ya no me ando interrogando,
al contrario: observen como paso y paso,
libre y seguro de mí mismo,
pues la vergüenza, como las uvas pasas-,
de una vez y para siempre se ha esfumado.
Gracias, hoy me valoro; quien los ama en el destiempo,
su amigo: Carlos Eduardo.