soliDaridaD: somos uno
Amados hermanos y hermanas de todo el mundo, sin distinción de credo, país de origen, ocupación, vocación, edad, sexo, y cualquier otra forma de división que las sociedades del mundo hayan propuesto para clasificar, diferenciar y separar a los seres humanos:
En el aquí y ahora del momento presente, y desde el corazón del corazón, donde solo es, y se vive el amor luminoso, compasivo e incondicional, que todos los seres humanos encarnados en unidad somos, les hago un importantísimo llamado a todos los ciudadanos de la humanidad unida y sin fronteras, para manifestar ese amor en medio de los delitos contra la humanidad, y de uno en muy particular.
A todos y a cada uno de ustedes, que observan y reconocen en La Luz de sus consciencias, cómo nuestros hermanos y hermanas que viven en Venezuela, padecen y sufren (en cuerpo y alma) la opresión, la violación de sus derechos, el terror, el abuso y hasta el sometimiento al hambre, por parte de sus gobernantes, los invito a que manifestemos (como una sola humanidad) nuestra unidad en el Amor compasivo e incondicional, que nos devuelve a La Paz y a La Libertad auténticas, por medio del acto pacífico de mostrar y compartir, aún en el silencio de la cotidianidad de nuestras vidas, el siguiente ícono de respaldo y sensibilidad con esta región de nuestro planeta, que en estos momentos de la historia, está siendo atravesada por la experiencia del sacrificio de la vida de sus jóvenes e hijos, quienes como El Cristo, están ofreciendo levantar sus voces pacíficamente, aún conscientes de que el precio de tal acción, pueda alcanzar el derramamiento de su sangre, para liberar al resto de sus hermanos y hermanas de la tortuosa esclavitud en la que viven.
No deseo despedirme, sin antes agradecerles infinitamente, cualquier nivel de apoyo, que deseen y puedan darle, a esta invitación de vivir el gesto sencillo, transparente, humilde y espontáneo, de Luz, Unidad, Compasión y Amor, aquí propuesto.
Por último, los invito a que hagamos un pequeño silencio, para vivir una Teofania en La Luz Divina del Amor, que inunda nuestras consciencias, y nos regala el que experimentemos la comunión en ese mismo amor infinito, eterno, compasivo e incondicional, de corazón a corazon.
Silencio.
Me despido de ustedes con profundo cariño fraternal,
Un ciudadano de La Luz.
En el aquí y ahora del momento presente, y desde el corazón del corazón, donde solo es, y se vive el amor luminoso, compasivo e incondicional, que todos los seres humanos encarnados en unidad somos, les hago un importantísimo llamado a todos los ciudadanos de la humanidad unida y sin fronteras, para manifestar ese amor en medio de los delitos contra la humanidad, y de uno en muy particular.
A todos y a cada uno de ustedes, que observan y reconocen en La Luz de sus consciencias, cómo nuestros hermanos y hermanas que viven en Venezuela, padecen y sufren (en cuerpo y alma) la opresión, la violación de sus derechos, el terror, el abuso y hasta el sometimiento al hambre, por parte de sus gobernantes, los invito a que manifestemos (como una sola humanidad) nuestra unidad en el Amor compasivo e incondicional, que nos devuelve a La Paz y a La Libertad auténticas, por medio del acto pacífico de mostrar y compartir, aún en el silencio de la cotidianidad de nuestras vidas, el siguiente ícono de respaldo y sensibilidad con esta región de nuestro planeta, que en estos momentos de la historia, está siendo atravesada por la experiencia del sacrificio de la vida de sus jóvenes e hijos, quienes como El Cristo, están ofreciendo levantar sus voces pacíficamente, aún conscientes de que el precio de tal acción, pueda alcanzar el derramamiento de su sangre, para liberar al resto de sus hermanos y hermanas de la tortuosa esclavitud en la que viven.
No deseo despedirme, sin antes agradecerles infinitamente, cualquier nivel de apoyo, que deseen y puedan darle, a esta invitación de vivir el gesto sencillo, transparente, humilde y espontáneo, de Luz, Unidad, Compasión y Amor, aquí propuesto.
Por último, los invito a que hagamos un pequeño silencio, para vivir una Teofania en La Luz Divina del Amor, que inunda nuestras consciencias, y nos regala el que experimentemos la comunión en ese mismo amor infinito, eterno, compasivo e incondicional, de corazón a corazon.
Silencio.
Me despido de ustedes con profundo cariño fraternal,
Un ciudadano de La Luz.