¡Que cambio!
Totalmente convencido, a todos ustedes, escritores que arrullan al cielo, la tierra, al cuerpo humano, al alma y al espíritu; con profundo amor consciente y en coherencia con todo mi ser, en este instante presente, les dedico estos versos del alma, que en el amor pleno del ser quien soy, y para amarme a mí mismo en esta experiencia de encarnación 3D, libre y conscientemente, me he escrito.
¡Qué cambio! pero, ¿Qué cambió?
Consternado por no saber,
ni el origen, ni su motivo,
salí al encuentro de aquel sonido.
Pensé que venía de afuera,
pero no era así,
el sonido estaba conmigo;
literalmente confieso,
que sin importar el paso que diere,
el sonido lo percibía,
siempre conmigo.
No era mi vecino;
con él a mi lado,
por años he vivido,
sin escuchar nunca antes,
ese intrigante sonido;
mas, al sentirlo,
dentro de mí,
descubrí que su raíz,
sembrada estaba,
en lo más profundo de mi vivir.
Fue un momento de especial impacto,
que transformó mi existir;
¿qué cambió? No lo sé,
más, en La Luz amorosa,
del ser quién soy,
lo decido descubrir;
sin embargo,
como el más perfecto regalo,
si me puedo decir:
“¡Qué cambio!”,
esta vibración me ha hecho sentir.
Es el sonido de la abundancia,
y del dinero fluyendo,
libre y armoniosamente,
en, para y a través de mí.
En el aquí y ahora,
me escribo y regalo esta nota,
para recordarme,
que soy consciencia luminosa,
vibrando en la frecuencia,
de la energía diamantina y amorosa,
que emana,
de la fuente divina creadora,
y que hoy recordando,
la infinitud del ser quien soy,
desactivé el control falso,
que la culpa, la vergüenza y el rechazo,
desde niño me habían programado,
para vivir esta experiencia,
de un ser divino encarnado,
que lo olvida todo al nacer,
para que viviendo,
en este plano 3D,
con su consciencia dormida,
en dualidad con la abundancia,
un conflicto cíclico lo restrinja,
de experimentar la unidad,
con la energía del dinero,
que, por el programa ávido del ego,
me hacía creer que estaba,
sometido a ser un esclavo,
de todas las formas de pensamiento,
que desde esta,
y desde otras vidas,
por muchísimo tiempo,
vengo cargando ya cansado,
como sacos muy pesados,
de sentimientos de culpa y miedo,
sobre mi espalda,
y esos tortuosos recuerdos,
que se han transformado,
en memorias que ya no alimentan,
esas caducas formas de pensamiento,
liberando de esta forma,
a mi ego de estar preso,
de la manipulación engañosa,
de esos sentimientos tan densos.