auxilio. Me RinDo
¿Alguien me escucha? ¡Auxilio! Me rindo:
No se que hacer,
no se que decir,
ni que dirección tomar,
para poder decidir.
Decidir, La luz no tiene,
Lo se,
es la persona la que quiere decidir,
para todavía resistirse,
a su control ver morir.
Me siento confundido,
sin salida, sin vivir,
total y realmente perdido,
abandonado y sin auxilio,
resignado y resistido,
castigado sin motivos,
preso en un vacío,
donde todo es nada,
y nada tiene sentido,
desconfiando de mi mismo,
y sin poder pedir auxilio,
pues de hacerlo estaría,
contradiciéndome a mi mismo.
Todo parte de una creencia,
que con disimulo en el tiempo he aprendido,
convenciéndome incomprendido,
no soy hombre, no soy niño,
no soy quien me había creído,
no soy la historia de este juego,
que la persona engañosamente,
ha adoptado en nombre mío.
Y es que ni nombre realmente tengo,
soy La Luz, así me han dicho,
Luz del Amor compasivo,
incondicional e infinito,
que todo lo inunda e impregna,
mientras fluye como un rio,
observando todo sin juicio,
sin querer cambiar las experiencias,
sino aceptándolas, como hacen los niños,
que no se resisten, ni se resignan,
pues no comparan en dualismo,
Me rindo,
En la Luz del ser quien soy,
me abandono completico,
pero no se como hacerlo,
aunque me reitere hasta el cansancio,
con versos y estribillos,
que no es haciendo,
sino siendo amor,
desde el corazón del corazón,
cuando dejo de identificarme con lo efímero,
por eso, Auxilio, auxilio.
María, Madre Amada,
Amado Hermano Jesucristo,
me rindo, ya no aguanto,
en esta noche oscura,
cansado y abatido,
sin mas fuerzas,
aquí y ahora les digo,
me rindo, auxilio. Auxilio.
Por: Carlos Guinan
No se que hacer,
no se que decir,
ni que dirección tomar,
para poder decidir.
Decidir, La luz no tiene,
Lo se,
es la persona la que quiere decidir,
para todavía resistirse,
a su control ver morir.
Me siento confundido,
sin salida, sin vivir,
total y realmente perdido,
abandonado y sin auxilio,
resignado y resistido,
castigado sin motivos,
preso en un vacío,
donde todo es nada,
y nada tiene sentido,
desconfiando de mi mismo,
y sin poder pedir auxilio,
pues de hacerlo estaría,
contradiciéndome a mi mismo.
Todo parte de una creencia,
que con disimulo en el tiempo he aprendido,
convenciéndome incomprendido,
no soy hombre, no soy niño,
no soy quien me había creído,
no soy la historia de este juego,
que la persona engañosamente,
ha adoptado en nombre mío.
Y es que ni nombre realmente tengo,
soy La Luz, así me han dicho,
Luz del Amor compasivo,
incondicional e infinito,
que todo lo inunda e impregna,
mientras fluye como un rio,
observando todo sin juicio,
sin querer cambiar las experiencias,
sino aceptándolas, como hacen los niños,
que no se resisten, ni se resignan,
pues no comparan en dualismo,
Me rindo,
En la Luz del ser quien soy,
me abandono completico,
pero no se como hacerlo,
aunque me reitere hasta el cansancio,
con versos y estribillos,
que no es haciendo,
sino siendo amor,
desde el corazón del corazón,
cuando dejo de identificarme con lo efímero,
por eso, Auxilio, auxilio.
María, Madre Amada,
Amado Hermano Jesucristo,
me rindo, ya no aguanto,
en esta noche oscura,
cansado y abatido,
sin mas fuerzas,
aquí y ahora les digo,
me rindo, auxilio. Auxilio.
Por: Carlos Guinan